SINDROME DE DOLOR MIOFASCIAL

El Síndrome de dolor  Miofascial, por definición, es un trastorno no inflamatorio que se manifiesta por dolor localizado, rigidez y cuya característica primordial es la presencia de “puntos gatillo”.

El dolor miofascial tiene tres componentes básicos:

Una banda palpable en el músculo afectado:	Un punto gatillo (“trigger point”):	Dolor referido
representa un espasmo segmentario de una pequeña porción del músculo	es un foco de irritabilidad en el músculo cuando éste es deformado por presión, estiramiento o contractura	dolor que proviene de un punto gatillo, pero que  se siente a distancia del origen del mismo

Los  puntos gatillo pueden ser clasificados de acuerdo a su actividad:

Activos	latentes
Está presente tanto en reposo como en actividad moderada	No existe dolor espontáneo, solo aparece a la palpación, a la inserción de una aguja, o con un nivel inusual de actividad

CLASIFICACION DE A SU MECANISMO DE APARICION

PRIMARIOS	SECUNDARIOS
No son causados por otros	Ocurren por sobrecarga de un musculo que lo contenga o su unidad miotatica

EPIDEMIOLOGÍA

La prevalencia varía desde el 20% de los pacientes vistos en consulta de Reumatología^.

Los pocos estudios disponibles sugieren que los puntos gatillos pueden presentarse en un 45 a un 55% de los adultos jóvenes asintomáticos en la cintura escapular y un 5 a un 45% en los músculos lumboglúteos.

ETIOLOGÍA

ü  Condiciones locales: Esguinces, tensión en músculos y ligamentos, sobrecarga mecánica.

ü  Condiciones generalizadas: Stress mecánico, sobreuso y anómalas posturales.

ü  Músculo: Inmovilidad prolongada, pérdida lordosis lumbar o cervical, debilidad músculos  posturales.

ü  Condiciones generalizadas: Deficiencias nutricionales, Tensión psicológica Infecciones crónicas y alergias.

PATOGENIA

El trauma inicial desgarra el Retículo sarcoplásmico, el cual libera calcio y este va a activar continuamente el proceso contráctil, llevando a una disminución por consumo de ATP, e impide la recaptura del calcio por el retículo sarcoplasmico.

CLASIFICACION DEL DOLOR MIOFASCIAL

Fase I	Dolor agudo intermitente	El punto gatillo al activarse reproduce un dolor con patrón de referencia típico, al realizar alguna actividad física y emocional intensa.
Fase II	Dolor constante	Tanto en actividad como en reposo, el paciente no logra identificar los factores que lo agravan
Fase III	Dolor al movimiento	Al realizar movimientos específicos, el paciente identifica los factores que agravan sus síntomas
Fase IV	sin dolor	Solo existen puntos gatillos latentes, y se manifiesta solo la restricción funcional cuando éste está cerca de prominencias óseas

SIGNOS Y SINTOMAS

ü  Áreas hipersensibles en el músculo.

ü  Dolor profundo que se puede irradiar.

ü  Debilidad muscular, fatigabilidad, reducción de la coordinación.

ü  Los puntos gatillos provocan rigidez y acortamiento muscular.

ü  Generalmente los síntomas se exacerban con la actividad, y pueden provocar dolor al estiramiento y reducción de la movilidad.

DIAGNOSTICO

ü  Observación: Postura, marcha, movimientos, rangos de movilidad, asimetrías.

ü  Examen muscular: tanto del que presenta el PG como de todos aquellos que componen la unidad mitótica.

ü   Detectar banda palpable: presionando los músculos de forma perpendicular a la dirección de las fibras musculares

ü  Patrón de referencia: necesariamente el dolor tiene que irradiarse.

COMPLICACIONES

Las complicaciones asociadas con el síndrome de dolor miofascial pueden incluir:

ü  Los problemas del sueño: puede tener problemas para encontrar una posición cómoda para dormir. Y si se mueve en la noche, puede pegarle a un punto de activación y despertar.

ü  Fibromialgia: Algunas investigaciones sugieren que el síndrome de dolor miofascial puede convertirse en la fibromialgia en algunas personas. La fibromialgia es una enfermedad crónica que presenta dolor generalizado.

TRATAMIENTO

ü  Medios físicos calor o frio

ü  Ultrasonido

ü  Electroterapia analgésica

ü  Masajes de liberación miofascial

ü  Ejercicios con técnicas de relajación y estiramiento

ü  Terapia farmacológica (AINES, relajantes, ansiolíticos)

ü   Infiltración con anestésicos local de los puntos gatillos

ü  Aplicación de aguja seca

ü  Electroacupuntura

ü  Hidroterapia