La terapeuta de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación Siglo XXI, Margarita Elisa Terán Sánchez, indicó que el cubrirlos con mamelucos, guantes o cubrirlos completamente –-coloquialmente en forma de taquito--, que usan la mayor parte de los padres de familia, son causas de problemas en las habilidades como la lectura, escritura y coordinación motriz. "Desde su formación, el cerebro recibe estímulos a través de extremidades como las manos y los pies, los cuales codifica y procesa. Cuando impedimos su libre movilidad, retrasamos el desarrollo del niño y repercute para toda su vida". Señaló que las andaderas y cangureras provocan la separación exagerada de las piernas, por lo que usarlos de forma constante y por tiempos prologados podría provocar deformidad en los huesos. "Con la carriola se le impone al bebé el caminar cuando aún no tiene estabilidad". Afirmó que los únicos portabebés recomendables, hasta el momento, son los rebozos o productos que los simulen. La posición que se adquiere con éstos es cómoda y segura. Añadió que no se debe jalar de los brazos porque podría causar rompimiento de nervios que conectan a la extremidad con el cuello y la columna, con daño irreversible. "Generalmente los niños entre 3 y 5 años son introducidos al transporte público u otro sitio con un jalón de brazos. La reacción puede ser inmediata y ocasionar fracturas, pero también puede ocurrir de manera progresiva hasta que el brazo queda flácido y sin movimiento a causa de ruptura en los nervios". CALZADO. El jefe del Servicio de Ortopedia Mixta de la Unidad Médica de Alta Especialidad del Hospital "Dr. Victorio de la Fuente Narváez", Rogelio Solano Pérez, explicó que usar calzado de suela dura antes de cumplir el primer año de edad predispone la aparición de pie plano o retraso en la aparición del arco. "El pie es una zona que también se encarga de relacionar al niño con el medio ambiente y el zapato de suela dura es innecesario a esta edad. La única función del calzado es protegerlo de los cambios de temperatura, por lo que éste debe ser de tela o un material suave que permita la libre movilidad. Para los lactantes, dijo, los pies se orientan en el espacio o se tocan otras extremidades. Con los zapatos dejan de percibir texturas e irregularidades del terreno, agregó. Una vez que el niño comienza a caminar, puntualizó, el material del calzado debe proteger la irregularidades del suelo, pero el uso de la suela dura aún no es recomendable. "Ésta debe emplearse hasta que el paso del infante sea firme, porque las estructuras óseas y ligamentos apenas empiezan a adaptarse a la nueva postura y debe permitirse el libre desarrollo". Señaló que muchos de los padecimientos ortopédicos que se presentan en la etapa preescolar y primaria son provocados por las posturas incorrectas y uso de accesorios perjudiciales en los bebés, por lo que recomendó prestar especial atención en caso de notar irregularidades y asistir de inmediato a la valoración médica para evitar intervenciones quirúrgicas o daños irreversibles. Finalmente, dijo que los guantes, mamelucos y cobijas ajustadas son un obstáculo para la comunicación del lactante con el exterior.
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